viernes, 10 de mayo de 2013

EL ELEFANTE ENCADENADO.


Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me
llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia
despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su
actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba
sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a
una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un
minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y
aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal
capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad,
arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los
grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por
el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se
escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está
amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna 
respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la
estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se
habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte
para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca
parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño
recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el
elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su
esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se
durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al
que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal
aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y
poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO
PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia
que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a
cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su
fuerza otra vez...
                                                                                   Cuentos para pensar. 
                                                                                           JORGE BUCAY.



4 comentarios:

  1. Cuando el autor era chico le encantaba los circos y lo que más le gustaba era los animales. Y a él le sorprendió que un elefante de tanta fuerza no podía escapar de una pequeña estaca. Aprisionaba a una de sus patas un pequeño trozo de madera clavada unos centímetros en el suelo. Y aunque no era fácil de romper este animal que puede arrancar un árbol si era capaz de hacerlo. Cuando el autor tenía 5 o 6 años pregunto a maestros a sus padres o a su tío pero nadie le dio la respuesta. Por un tiempo olvido lo del elefante pero de mayor encontró más gente que hacián la misma pregunta. Pero por fin encontró la respuesta. El elefante no se escapó porque desde que nació había estado atado a esa estaca y intentó cuanto podía pero como era muy pequeño no podía romperlo y un día ya muy cansado aceptó su derrote y ya no intentó más y entonces de mayor todavía pensaba que no podía romperlo. Y la moraleja de este cuento es nunca parar de intentar.

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  2. En el texto 'Ele Elefante Encadenado' cuenta la historia de un hombre que ama el circo y ve un elefante. Lo único que mantiene el elegante de huir el circo es una estaca en el suelo cuando el hombre pregunta por qué el elefante no se escapa, el dueño le dice que es porque él ha estado allí desde que era un bebé. Puesto que antes y no era lo suficiente para escapa y a hora ni siguiente lo intenta de mayor. Creo que esta historia es triste, pero también nos da una lección. Si dejas de intentan las cosas que un día no conseguiste sabrás si puedes hacerlo.

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  3. La moraleja de este cuento es: Nunca pares de intentar algo que no te ha salido la primera vez.
    Si no vuelves a intentar algo, sino nunca vas a saber hacerlo.
    OPINIÓN PERSONAL.
    Siento pena por el elefante, porque él nunca intentó escapar, por eso va a tener que pasar toda su vida encadenado a una estaca.

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    1. No es que nunca haya intentado escapar, lo que sucede es que cuando era más pequeño, el elefante dio todo de sí por tratar de escapar, de liberarse pero como era, en ese entonces muy pequeño, no pudo y es así que se dio por vencido, quedándose como un esclavo en el circo.
      No persevero, él solamente creyó que nunca iba a poder escapar y desde esa vez no volvió a intentar ser libre.

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